El Banco de la República puso en marcha la operación de Bre-B, el nuevo sistema de pagos inmediatos que busca transformar el ecosistema financiero colombiano y reducir la dependencia del efectivo. Con 227 entidades financieras participantes y más de 35 millones de “llaves” activas registradas por 14,5 millones de usuarios, la plataforma permitirá transferencias 24/7 entre diferentes bancos, billeteras digitales y cooperativas, con un monto máximo por transacción de $11.552.000. La implementación, que inició una fase de operación controlada el 23 de septiembre y se masificará a partir del 6 de octubre, representa un cambio estructural en el mercado de pagos. Una de sus consecuencias directas es la transformación de Transfiya, el sistema pionero de ACH Colombia, que dejará de operar para transferencias entre personas para integrarse a la infraestructura de Bre-B. ACH Colombia aclaró que la marca Transfiya no desaparecerá, sino que se enfocará en servicios para empresas y comercios.
La llegada de Bre-B ha sido impulsada como un “proyecto país” para democratizar el acceso a los pagos digitales. Gigantes como Movistar ya anunciaron su integración, convirtiéndose en la primera empresa de telecomunicaciones en habilitar pagos a través del nuevo sistema.
Sin embargo, su implementación no está exenta de retos. Expertos como Camilo Zea, de Pronus, advierten que Bre-B podría reducir “dramáticamente” el uso de tarjetas débito y crédito, replicando el fenómeno de Pix en Brasil, donde las transacciones con tarjeta débito cayeron a menos del 5 % de sus niveles previos. La interoperabilidad plena y la gratuidad de las transacciones persona a persona son sus principales ventajas competitivas frente al modelo tradicional de tarjetas.
En resumenCon su lanzamiento oficial, el sistema Bre-B del Banco de la República unifica a 227 entidades financieras para permitir pagos inmediatos y gratuitos entre 14,5 millones de usuarios. Esta nueva infraestructura, que operará 24/7, busca modernizar el sistema financiero, reducir el uso de efectivo y plantea un desafío directo al modelo de negocio de las tarjetas de débito y crédito en Colombia.