La llegada de Bre-B ha sido impulsada como un “proyecto país” para democratizar el acceso a los pagos digitales. Gigantes como Movistar ya anunciaron su integración, convirtiéndose en la primera empresa de telecomunicaciones en habilitar pagos a través del nuevo sistema.

Sin embargo, su implementación no está exenta de retos. Expertos como Camilo Zea, de Pronus, advierten que Bre-B podría reducir “dramáticamente” el uso de tarjetas débito y crédito, replicando el fenómeno de Pix en Brasil, donde las transacciones con tarjeta débito cayeron a menos del 5 % de sus niveles previos. La interoperabilidad plena y la gratuidad de las transacciones persona a persona son sus principales ventajas competitivas frente al modelo tradicional de tarjetas.