Asoenergía sostiene que este crecimiento no se debe a una mayor cobertura, sino a “deficiencias en la regulación tarifaria”.

La nueva contribución del 20% se sumaría a una base de costos que ya es alta, ubicando a Colombia como el segundo país de América Latina con la energía más cara para la industria, con un promedio de US$0,213 por kilovatio hora, por encima del promedio regional de US$0,150.

El gremio advierte que esto pondría al país en desventaja frente a competidores como Brasil, Perú y Chile. Sectores como la agroindustria, la minería, la construcción y los servicios públicos verían incrementados sus costos, lo que “finalmente repercutiría en los precios al consumidor y en la inflación”. Asoenergía hizo un llamado a la CREG para ajustar la fórmula tarifaria y corregir los problemas estructurales del sistema, en lugar de trasladar más cargas tributarias a las empresas y, en última instancia, a todos los colombianos.