Esta fuerte apreciación del peso colombiano tiene implicaciones directas para la economía nacional, beneficiando a importadores pero desafiando a los exportadores.
La tendencia a la baja se ha mantenido desde principios de septiembre, cuando la TRM inició en $4.018.
El valor actual representa una caída de $15,65 frente al día anterior y es el más bajo registrado desde marzo de 2024. La principal causa de este comportamiento es la debilidad del dólar a nivel global, reflejada en el índice DXY, que se mantuvo en 97 puntos. Esta debilidad se atribuye a datos decepcionantes del mercado laboral en Estados Unidos, que han reforzado las expectativas de que la Reserva Federal (FED) podría recortar las tasas de interés en su próxima reunión. A nivel local, la estrategia de manejo de deuda del Ministerio de Hacienda, que incluye operaciones de Total Return Swap (TRS) con la banca internacional, también ha contribuido a respaldar el descenso de la tasa de cambio. Aunque un dólar más bajo favorece la compra de productos importados y alivia la deuda externa denominada en esta moneda, representa un reto para los exportadores, quienes reciben menos pesos por sus ventas al exterior, afectando la competitividad de sectores como el cafetero y el floricultor.