La apreciación del peso estuvo fuertemente influenciada por factores internacionales, principalmente la debilidad generalizada del dólar a nivel global. El índice DXY, que mide la fortaleza del dólar frente a una canasta de monedas principales, experimentó una caída del 0,59 % tras la publicación de datos del mercado laboral de Estados Unidos para agosto. Las cifras mostraron una creación de solo 22.000 nuevos empleos, muy por debajo de los 75.000 esperados por el mercado, lo que intensificó las preocupaciones sobre un debilitamiento económico en la potencia norteamericana y presionó a la baja su divisa. Este escenario benefició a las monedas de mercados emergentes. Rodrigo Lama, de la fintech Global66, señaló que este contexto, sumado al aumento en la emisión monetaria, respalda “la tesis de una debilidad estructural del dólar”. A nivel local, el mercado de deuda pública también mostró un fuerte apetito internacional, con la compra de Títulos de Tesorería (TES) en dólares por un monto de USD 5.400 millones por parte de inversionistas extranjeros.