La minería del carbón se mantiene como un pilar fiscal para Colombia, con un aporte proyectado de cerca de $15 billones en regalías para el bienio 2025-2026, lo que representa el 35 % del total de $36,3 billones que administrará el país. Sin embargo, este significativo ingreso coexiste con una creciente presión política y social para reducir la dependencia de los combustibles fósiles, generando un tenso debate sobre el futuro del sector. La diputada del Cesar, Claudia Margarita Zuleta, advirtió que la intención del presidente Gustavo Petro de frenar la industria minera pondría en riesgo la estabilidad económica de la región Caribe y del país.
Zuleta recordó que compañías como Cerrejón y Drummond aportan más de $10 billones en impuestos y contribuciones al Gobierno en el mismo periodo. En contraste, gremios como Fenalcarbón alertan sobre un escenario “apocalíptico” si se elimina el uso del carbón.
Carlos Cante, presidente de la federación, afirmó que un día sin este mineral implicaría un impacto económico de $38 billones y dejaría sin suministro eléctrico a más de 3 millones de hogares. Además, denunció que las exportaciones de carbón han caído en 10 millones de toneladas en 2025 debido a desincentivos fiscales que restan competitividad. El presidente Petro, por su parte, ha insistido en que la riqueza de la tierra debe traducirse en desarrollo agrario y no en la extracción de carbón, y ha planteado que los exportadores de este mineral, al ser parte del 1 % más rico, deberían devolver los subsidios recibidos durante la pandemia.
En resumenA pesar de que la minería del carbón aportará $15 billones en regalías entre 2025 y 2026, su futuro es incierto debido a la política de transición energética del gobierno. Mientras líderes regionales y gremios defienden su importancia económica y fiscal, advirtiendo sobre una drástica caída en las exportaciones, el Ejecutivo insiste en priorizar el desarrollo agrario sobre la extracción de combustibles fósiles.