La crisis que motivó la protesta se debe a la drástica caída de los precios pagados al productor, que no logran cubrir los costos de producción. Según cifras citadas, producir una tonelada de arroz cuesta aproximadamente $1.570.000, pero los molinos estarían pagando solo $1.250.000, generando pérdidas directas. El paro ha tenido un impacto económico significativo, con pérdidas estimadas en más de $7.800 millones solo para el sector de transporte de pasajeros. Como parte del acuerdo, la industria se comprometió a comprar la cosecha actual y, una vez entren en vigor los nuevos precios de referencia, pagar a los productores la diferencia. Sin embargo, el anuncio generó divisiones. La organización Dignidad Arrocera, parte del Comité Nacional del Paro, desmintió haber participado en la negociación, afirmando que el acuerdo fue exclusivo con Fedearroz, que representa a los industriales. Por esta razón, anunciaron que los bloqueos persistirán hasta que se instale una mesa de negociación directa el lunes 21 de julio con la presencia de la ministra de Agricultura, Martha Carvajalino, para discutir soluciones estructurales que incluyan a los pequeños y medianos productores.
