En el mensaje, afirmaban que los militares "deben negarse a cumplir órdenes ilegales".

La respuesta de Trump no se hizo esperar y, a través de su plataforma Truth Social, acusó a los congresistas de una "conducta sediciosa, sancionable con la pena de muerte".

Sus palabras provocaron una reacción inmediata.

El líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, advirtió que este tipo de publicaciones "aumenta la probabilidad de violencia política". Ante la ola de críticas, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, negó que el presidente buscara la ejecución de los legisladores, pero insistió en que su comportamiento "quizás sea punible por ley", dejando la decisión en manos del Departamento de Justicia y el Departamento de Guerra. Los congresistas aludidos emitieron un comunicado conjunto afirmando que "lo más revelador es que el presidente considera que reiterar la ley es un delito punible con la muerte".