El presidente Donald Trump firmó la Ley de Transparencia de los Archivos de Epstein, ordenando la publicación de documentos relacionados con el delincuente sexual Jeffrey Epstein. Esta decisión representa un giro en su postura, atribuido a la presión del Congreso, y ha generado una ruptura con una de sus aliadas más fieles, la congresista Marjorie Taylor Greene. Tras meses de oponerse a la divulgación, calificando las peticiones de transparencia como "cacerías de brujas", Trump cedió ante la inminente aprobación de la ley con un apoyo bipartidista abrumador.
El mandatario instó a los republicanos a votar a favor, declarando que su partido "no tiene nada que ocultar".
La ley establece un plazo de 30 días para que el Departamento de Justicia (DOJ) publique todos los expedientes no clasificados, incluyendo comunicaciones y registros de la investigación sobre la muerte de Epstein. Sin embargo, la legislación contiene una excepción clave que preocupa a las víctimas y defensores de la transparencia: el Fiscal General puede retener información si su divulgación compromete investigaciones federales en curso.
Este giro político ha provocado una fractura pública dentro del movimiento MAGA.
La congresista Marjorie Taylor Greene, una ferviente defensora de la publicación total de los archivos, denunció haber sido llamada "traidora" por Trump debido a su postura.
Greene afirmó que el caso ha "destrozado a MAGA" y que teme por su seguridad tras los ataques del presidente, anunciando que renunciará a su escaño en el Congreso.
En resumenTrump ha promulgado una ley para la liberación de los archivos de Epstein, una medida forzada por la presión del Congreso que revierte su oposición previa. La decisión ha provocado una disputa pública con su exaliada Marjorie Taylor Greene y ha suscitado preocupaciones sobre una posible censura, ya que la ley permite al Departamento de Justicia retener información relacionada con investigaciones activas.