En un significativo giro en su política comercial, el presidente Donald Trump firmó un decreto para eliminar los aranceles sobre más de 200 productos alimentarios y materias primas, en respuesta a la creciente presión por el aumento del costo de vida en Estados Unidos. La medida revierte la estrategia de “arancel mínimo recíproco” que su gobierno había implementado, la cual imponía gravámenes a importaciones de bienes que, según la Casa Blanca, no se producían en cantidad suficiente en el país. Entre los productos beneficiados se encuentran el café, la carne de res, los bananos, los tomates y diversas frutas tropicales.
Esta decisión tiene un impacto directo en países de América Latina como Colombia, principal proveedor de café, así como Argentina, Ecuador, El Salvador y Guatemala, con quienes se anunciaron acuerdos comerciales paralelos.
El arancel del 10 % sobre el café colombiano, por ejemplo, vuelve a ser del 0 %.
La Casa Blanca justificó la medida como un esfuerzo para aliviar “rápidamente” los precios de la canasta básica. Críticos y economistas interpretaron el viraje como un reconocimiento implícito de que las políticas proteccionistas anteriores contribuyeron a la inflación, y como una maniobra política para responder al descontento del electorado ante la situación económica.
En resumenPresionado por la inflación interna, Donald Trump dio marcha atrás en su política de aranceles, eliminando impuestos a productos básicos importados de Latinoamérica. Este giro pragmático buscaba reducir los precios para los consumidores estadounidenses, aunque también representó una admisión de los efectos negativos de sus anteriores medidas proteccionistas.