En una medida que endurece drásticamente su postura contra Venezuela, el gobierno de Donald Trump designó al “Cartel de los Soles” como una Organización Terrorista Extranjera (FTO). Esta acción, anunciada por el secretario de Estado Marco Rubio, vincula directamente al presidente Nicolás Maduro y a altos funcionarios de su gobierno con la estructura criminal, a quienes acusa de corromper las instituciones del Estado venezolano. La designación, que entró en vigor el 24 de noviembre, otorga a Estados Unidos mayores facultades legales para emplear instrumentos de seguridad nacional en su ofensiva contra el régimen.
Analistas internacionales interpretan esta decisión como un paso que allana el camino para justificar acciones más agresivas, incluyendo sanciones financieras más severas, persecución judicial extraterritorial y, potencialmente, ataques militares directos contra activos y personas vinculadas al cartel.
La Casa Blanca argumenta que el grupo es responsable de narcotráfico y actividades terroristas que amenazan la seguridad del hemisferio. Esta catalogación es una pieza clave en la estrategia de “máxima presión” de Trump, que busca aislar y asfixiar económicamente a Caracas. Aunque el gobierno venezolano ha calificado la existencia del cartel como un “invento” de Washington, la medida profundiza la crisis diplomática y eleva el riesgo de una confrontación directa, al declarar formalmente a una facción del gobierno venezolano como un objetivo legítimo en la lucha contra el terrorismo.
En resumenLa designación del 'Cartel de los Soles' como organización terrorista por parte de la administración Trump fue una maniobra estratégica para intensificar la presión sobre el régimen de Nicolás Maduro. Esta medida proporcionó a Washington un marco legal para justificar sanciones más duras y posibles acciones militares, escalando significativamente el conflicto con Venezuela.