El 14 de noviembre, el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que anula los “aranceles recíprocos” que su gobierno había implementado previamente, los cuales gravaban importaciones con tasas que iban del 10 % al 50 %. La Casa Blanca justificó la decisión argumentando que algunos bienes esenciales no se producen en cantidad suficiente en el país, por lo que los altos gravámenes estaban impactando negativamente a los consumidores.
Esta medida beneficia directamente a países como Colombia, uno de los principales exportadores de café a EE.
UU., así como a Argentina, Ecuador, El Salvador y Guatemala, con los que se han cerrado nuevos acuerdos comerciales.
La eliminación del arancel del 10 % sobre el café colombiano, por ejemplo, representa un alivio para el sector. Este cambio de política es visto como una respuesta a las preocupaciones económicas del electorado estadounidense, en un intento por reducir los precios de la canasta básica y mejorar la percepción pública de la gestión económica del gobierno.













