Desde septiembre, las fuerzas estadounidenses han realizado al menos 21 ataques contra supuestas “narcolanchas”, causando más de 83 muertes.

Estas acciones han sido calificadas por la ONU y varios países como posibles “ejecuciones extrajudiciales”.

La justificación legal de estos ataques, según un memorando del Departamento de Justicia revelado por el ‘New York Times’, se basa en afirmaciones de la propia Casa Blanca de que el país se encuentra en un “conflicto armado” contra los carteles. Esta postura ha generado fricciones diplomáticas, llevando a aliados clave como el Reino Unido y Colombia a suspender el intercambio de inteligencia con Washington para estas operaciones, por considerar que podrían violar el derecho internacional.

Rusia también expresó su preocupación, pidiendo a EE.

UU. evitar acciones que desestabilicen la región.