En un giro posterior, el mandatario dio marcha atrás en su oposición inicial y apoyó una votación en la Cámara de Representantes para publicar todos los archivos relacionados con el caso, argumentando que los republicanos 'no tenemos nada que ocultar'.

Esta controversia ha generado fisuras dentro del Partido Republicano.

La congresista Marjorie Taylor Greene, una de sus más firmes aliadas, ha insistido en la desclasificación total de los documentos, lo que provocó que Trump la calificara de 'traidora' y le retirara su apoyo. Greene denunció que los ataques del presidente la ponen en peligro, revelando una profunda ruptura dentro del movimiento MAGA a raíz del escándalo.