Estas afirmaciones se produjeron tras reuniones con altos mandos del Pentágono para analizar una “variedad de opciones”, según The Washington Post.

La situación se enmarca en la Operación “Lanza del Sur” y la creciente presencia naval de EE. UU. en la zona.

La reacción de Venezuela ha sido dual: por un lado, el presidente Maduro ha hecho un llamado a la paz, exclamando “¡Yes, peace!”, e instando a evitar “guerras eternas”. Por otro, ha denunciado la presencia militar como una “amenaza de invasión” y ha ordenado movilizaciones de sus propias tropas. Este episodio se suma a la política de “máxima presión” de la administración Trump, que incluye el desconocimiento del gobierno de Maduro, duras sanciones económicas contra la petrolera PDVSA y la recordada frase de que “todas las opciones están sobre la mesa”, interpretada en Caracas como una amenaza de intervención directa.