Por su parte, el presidente sirio aseguró que sus antiguos nexos con Al Qaeda son “cosa del pasado”.
Además de la suspensión de sanciones, se informó que Estados Unidos evalúa establecer una base militar cerca de Damasco y que Al-Sharaa busca negociar fondos para la reconstrucción de su país. Este acercamiento redefine el tablero geopolítico en la región, posicionando al exlíder yihadista como un nuevo aliado de Washington.













