A través de sus abogados, Trump exigió una retractación pública y una “compensación apropiada” antes del 14 de noviembre, advirtiendo que, de no cumplirse, “hará valer sus derechos legales”.

La presión generó un terremoto en la BBC, llevando a la dimisión del director general, Tim Davie, y la directora de informativos, Deborah Turness. Posteriormente, el presidente de la corporación, Samir Shah, envió una carta al Parlamento británico en la que ofreció disculpas por lo que calificó como un “error de juicio” en la edición. La BBC confirmó haber recibido la notificación legal y se disculpó públicamente, aunque rechazó la demanda de compensación económica.