“Realmente odio hacerlo pero no tengo opción”, declaró el mandatario.
El anuncio se produjo poco después de que Estados Unidos realizara un exitoso lanzamiento de prueba de un misil balístico intercontinental Minuteman III sin carga nuclear. La orden de Trump de reanudar las pruebas explosivas provocó una respuesta inmediata de Moscú. El presidente ruso, Vladímir Putin, instruyó a su gobierno para que preparara propuestas para una posible reanudación de los ensayos nucleares rusos si Washington procedía.
Expertos en control de armas y organizaciones como Ploughshares Fund han expresado su alarma, calificando la retórica como “inquietante” y una “locura”.
Advierten que este movimiento no solo es estratégicamente innecesario, dado el avanzado conocimiento de EE. UU. en la materia, sino que también amenaza con desmantelar los tratados de no proliferación existentes, como el Nuevo START, que expira en 2026. A pesar de la orden de Trump, también mencionó que su administración evalúa planes de desnuclearización con Rusia y China, añadiendo ambigüedad a la postura de la Casa Blanca.












