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La revelación provocó una enérgica respuesta del presidente Petro, quien calificó el hecho como un “irrespeto brutal al pueblo colombiano” y llamó a consultas al embajador de Colombia en Washington. Además, Petro denunció que el plan era una “venganza” y que su inclusión, junto a su familia y el ministro Armando Benedetti, en la ‘Lista Clinton’ ya era parte de la ejecución de esta doctrina. Funcionarios estadounidenses intentaron rebajar la tensión, afirmando que la imagen no representaba una posición oficial.