La reunión, programada para el 10 de noviembre, es la primera de este tipo para un jefe de Estado sirio y señala una significativa apertura diplomática por parte de la administración Trump. La visita se produce después de que Washington levantara las sanciones económicas sobre Damasco, una medida destinada a facilitar la reintegración de Siria en la comunidad internacional tras años de guerra civil. Se espera que las conversaciones aborden varios temas clave: la entrada formal de Siria en la coalición internacional liderada por Estados Unidos contra el Estado Islámico (ISIS), negociaciones para obtener fondos destinados a la reconstrucción del país y el levantamiento de las sanciones restantes.
Al-Sharaa, un excombatiente islamista que llegó al poder tras la caída de Bashar al-Assad, busca presentarse como un líder moderado. Para la administración Trump, este acercamiento representa una oportunidad para estabilizar la región y asegurar un nuevo aliado en la lucha contra el terrorismo, legitimando así al gobierno de al-Sharaa en el escenario mundial y marcando un cambio potencialmente drástico en la dinámica de poder regional.












