Las victorias demócratas fueron significativas y simbólicas.

En Nueva York, Zohran Mamdani, un socialista democrático de 34 años, se convirtió en el primer alcalde musulmán de la ciudad, derrotando a un candidato independiente respaldado por Trump. En Virginia y Nueva Jersey, las demócratas Abigail Spanberger y Mikie Sherrill ganaron las gobernaciones, consolidando el control de su partido en estados importantes. La reacción de Trump no se hizo esperar: atribuyó las derrotas al prolongado cierre del gobierno y al hecho de que su nombre no figuraba en las boletas. A través de su red social Truth Social, escribió: “‘Trump no estaba en la boleta, y el cierre del gobierno, fueron las dos razones por las que los republicanos perdieron las elecciones esta noche’, según encuestadores”.

Además, atacó directamente a Mamdani, calificándolo de “comunista” y amenazando con recortar los fondos federales a Nueva York. Los analistas sugieren que los resultados demuestran un posible declive de la influencia de Trump, especialmente en zonas suburbanas, y que las preocupaciones de los votantes sobre la economía y la parálisis gubernamental perjudicaron al Partido Republicano. La elección de Mamdani, con su plataforma progresista, también señala un cambio generacional e ideológico dentro del Partido Demócrata en los principales centros urbanos.