El mandatario argumentó que Estados Unidos no puede permanecer pasivo mientras Rusia y China, la segunda y tercera potencias nucleares del mundo, respectivamente, avanzan en sus arsenales.
Esta medida rompe con una moratoria de facto sobre dichos ensayos mantenida por las principales potencias durante décadas (EE.
UU. desde 1992 y Rusia desde 1990).
En respuesta directa, el presidente Vladímir Putin ordenó a su gobierno preparar propuestas para reanudar las pruebas nucleares rusas si Estados Unidos da el primer paso.
Aunque el Secretario de Energía de Trump aclaró que la orden actual no incluye pruebas explosivas, la retórica ya ha escalado el enfrentamiento diplomático. Paradójicamente, Trump también mencionó la posibilidad de trabajar en un plan de desnuclearización conjunto con Rusia y China, pero no ofreció detalles específicos, dejando a la comunidad internacional en la incertidumbre sobre las verdaderas intenciones de su administración. Los expertos advierten que esta “peligrosa retórica” podría salirse de control fácilmente, socavando décadas de esfuerzos en el control de armas.












