Desde septiembre, Estados Unidos ha hundido al menos 17 embarcaciones, argumentando que combatía a los carteles de droga, a los que Trump designó como "organizaciones terroristas internacionales". El secretario de Guerra, Pete Hegseth, ha defendido los operativos afirmando: “Localizaremos y destruiremos TODAS las embarcaciones que intenten traficar drogas a Estados Unidos”.

Sin embargo, la ofensiva ha provocado una reacción internacional adversa.

El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, instó a EE. UU. a detener los ataques, señalando que violan el derecho internacional al no existir una amenaza inminente que justifique el uso de fuerza letal.

Gobiernos como los de Cuba y Colombia han denunciado las acciones, y el papa León XIV hizo un llamado a la reflexión pidiendo evitar la violencia. A pesar de las críticas, Trump defendió su postura en el America Business Forum, afirmando: “Estamos atacando a los terroristas. Le estamos poniendo presión al régimen de Maduro en Venezuela”.