Aunque afirmó que EE. UU. posee “más armas nucleares que cualquier otro país”, datos del SIPRI indican que Rusia tiene un arsenal mayor.

La comunidad internacional reaccionó con alarma.

El Kremlin calificó las pruebas rusas como convencionales y no nucleares, y advirtió que responderá “de manera proporcional” si Washington realiza nuevas detonaciones.

China calificó la decisión de “una amenaza para la estabilidad global”. La ONU, por su parte, condenó la medida, advirtiendo que el riesgo de una escalada nuclear es “alarmantemente alto” y podría tener consecuencias “catastróficas”. La Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN), ganadora del Nobel de la Paz, criticó duramente a Trump, afirmando que su decisión es “una escalada innecesaria e imprudente” y que “así no se gana el Nobel de la Paz”.