La comunidad internacional reaccionó con alarma.

La ONU condenó la medida, advirtiendo que el riesgo de una escalada nuclear "es alarmantemente alto" y que los ensayos podrían tener consecuencias "catastróficas". La Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN), ganadora del Nobel de la Paz, criticó duramente a Trump, afirmando que "esta no es la manera de ganar el Nobel de la Paz" y calificando la decisión como "una escalada innecesaria e imprudente". Analistas advierten que, aunque Estados Unidos no ha ratificado el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBT) de 1996, la reanudación de las pruebas socavaría décadas de esfuerzos por la no proliferación y podría aislar a Washington de sus aliados.