Estas acciones han enfrentado una notable oposición dentro de Estados Unidos.

El Senado, con el apoyo de varios senadores republicanos, aprobó resoluciones para derogar los aranceles a Brasil y Canadá, así como a otros aliados tradicionales como Japón, Corea del Sur y la Unión Europea. Además, un Tribunal Federal de Apelaciones dictaminó que Trump excedió sus facultades al invocar poderes de emergencia para imponer aranceles masivos, aunque la medida sigue vigente a la espera de una decisión de la Corte Suprema. Pese a la presión, el presidente ha defendido firmemente su estrategia, asegurando a través de sus redes sociales que "todos los aranceles permanecen en vigor" y que retirarlos "sería un desastre total para Estados Unidos".