Paralelamente, en el ámbito legislativo, el Senado ha desafiado directamente al presidente.

La Cámara Alta aprobó resoluciones bipartidistas para derogar o anular los aranceles impuestos a varios de los socios comerciales tradicionales de EE. UU. Con el apoyo de un puñado de senadores republicanos que rompieron filas con el partido, se aprobaron medidas para revertir las tasas aplicadas a países como Brasil, Canadá, Japón y la Unión Europea.

Estas votaciones marcan una fractura dentro del Partido Republicano sobre la política comercial expansiva de Trump. Mientras tanto, la administración ha continuado su estrategia, como lo demuestra el aumento del 10% en los aranceles a Canadá tras una disputa por una campaña publicitaria.