La reacción internacional fue inmediata y crítica.

El Kremlin, a través de su portavoz Dmitri Peskov, advirtió que Rusia responderá “de manera simétrica”.

La Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN), ganadora del Premio Nobel de la Paz, condenó la medida como una “escalada innecesaria e imprudente”. Su directora ejecutiva, Melissa Parke, afirmó irónicamente: “Esta no es la manera de ganar el Nobel de la Paz”. La ONU también expresó su preocupación, advirtiendo sobre un riesgo “alarmantemente alto” de una escalada nuclear con consecuencias “catastróficas”. Algunos informes periodísticos cuestionaron la afirmación de Trump de que EE. UU. posee el mayor arsenal nuclear, citando datos del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI) que indican que Rusia tiene un mayor número de ojivas.