La controversia también ha generado una fuerte reacción en Latinoamérica.

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha sido uno de los críticos más vocales, calificando los hechos como “asesinatos” que “rompen los tratados internacionales del derecho de gentes”. Por su parte, el presidente Donald Trump ha defendido enérgicamente su estrategia, enmarcando los operativos como una “guerra contra los carteles”.

Durante un discurso a tropas en Japón, desestimó las críticas que sugieren que las embarcaciones eran de pescadores: “Los demócratas de la izquierda radical dijeron que solo estaban pescando.

Bueno, los submarinos no pescan, ¿verdad?”.

Trump insistió en que su gobierno está destruyendo embarcaciones que transportan narcóticos suficientes para “matar a 25.000 estadounidenses”.

La disputa legal se centra en el uso de fuerza letal fuera de un conflicto armado declarado, un punto que también ha sido cuestionado por legisladores demócratas en Estados Unidos.