UU.

Esta medida, sin precedentes para un presidente colombiano en ejercicio, se suma a la descertificación de Colombia en la lucha antidrogas y a la suspensión de parte de la ayuda económica, estimada en 27 millones de dólares anuales. Petro rechazó enérgicamente las acusaciones, calificándolas de “paradoja” y de ser una represalia política.

“Luchar contra el narcotráfico durante décadas y con eficacia me trae esta medida”, declaró, anunciando que su abogado en EE.

UU. será Danny Kovalik.

El ministro Benedetti también reaccionó, afirmando que su inclusión se debe a haber defendido al presidente, y calificó la lucha antidrogas de EE.

UU. como una “farsa armamentista”. La crisis ya ha tenido efectos prácticos, como la negativa de una empresa estadounidense a suministrar combustible al avión presidencial en una escala.