La instrucción al Pentágono pone fin a la pausa en ensayos nucleares que Estados Unidos mantenía desde 1992.

Trump justificó la medida como una respuesta directa a las recientes maniobras militares de Rusia, que incluyeron pruebas de sistemas con capacidad nuclear como el dron submarino “Poseidón” y el misil “Burevestnik”. “Debido a los programas de prueba de otros países, he instruido al Departamento de Guerra para que comience a probar nuestras armas nucleares en igualdad de condiciones”, declaró el mandatario. Trump afirmó que Estados Unidos “posee más armas nucleares que cualquier otro país”, aunque datos del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI), citados en los artículos, indican que Rusia tiene un arsenal mayor.

La decisión generó una condena internacional inmediata.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aclaró que las pruebas rusas no fueron detonaciones nucleares y sugirió que Trump estaba mal informado.

La ONU advirtió sobre el riesgo “alarmantemente alto” de una escalada nuclear y pidió evitar acciones con consecuencias “catastróficas”.

La Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN), ganadora del Nobel de la Paz en 2017, criticó duramente a Trump. Su directora ejecutiva, Melissa Parke, calificó la decisión como “una escalada innecesaria e imprudente” y afirmó: “Esta no es la manera de ganar el Nobel de la Paz”.