El costo económico del cierre se estima en aproximadamente 15.000 millones de dólares. La situación ha generado dificultades generalizadas; por ejemplo, la escasez de personal en la Administración Federal de Aviación ha causado retrasos en más de 4.300 vuelos en un solo día.

Muchos de los trabajadores afectados, que no han recibido su salario, han tenido que recurrir a bancos de alimentos para subsistir. Además, existe la preocupación de que programas de asistencia gubernamental, como el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP), se queden sin fondos a partir del 1 de noviembre si no se resuelve el estancamiento político. La crisis pone de manifiesto la profunda división política en Washington y sus consecuencias directas sobre la vida de los ciudadanos y el funcionamiento del país.