Esta acción congela cualquier activo de los sancionados en jurisdicción estadounidense y prohíbe transacciones con ciudadanos o entidades de EE.

UU.

La sanción se produce en un contexto de deterioro diplomático, con Donald Trump calificando repetidamente a Petro de "líder del narcotráfico", "matón" y "mal tipo". Además, Estados Unidos oficializó la suspensión de parte de la ayuda a Colombia para la lucha antinarcóticos, un recorte de aproximadamente 27 millones de dólares. El presidente Petro ha rechazado categóricamente las acusaciones, calificándolas de "calumnias" y una "paradoja", y anunció que se defenderá judicialmente en Estados Unidos. Calificó las sanciones como una "expresión de las mafias" y una represalia política por su postura crítica frente a la política exterior estadounidense, incluyendo los ataques a 'narcolanchas' que ha denominado "ejecuciones extrajudiciales".