Esta decisión marca un giro drástico en la política de no proliferación y podría escalar las tensiones militares a nivel global.

El anuncio se produjo poco antes de su reunión con el presidente chino Xi Jinping en Corea del Sur.

Trump justificó la medida citando la necesidad de igualar las capacidades de potencias rivales como Rusia y China. La orden fue una respuesta directa a la reciente prueba por parte de Rusia de un dron submarino con capacidad nuclear. En un mensaje en su red Truth Social, Trump calificó la decisión como "difícil", pero necesaria "debido a los programas de pruebas de otros países".

Advirtió que, aunque Estados Unidos posee el mayor arsenal nuclear, Rusia y China están acortando la brecha, y pronosticó que "la situación se igualará en cinco años" si no se toman acciones para mantener la superioridad estadounidense.

Esta medida rompe con más de tres décadas de política estadounidense y podría poner en riesgo el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, generando una previsible reacción de la comunidad internacional y organismos multilaterales.