Figuras influyentes de la derecha, como la congresista Marjorie Taylor Greene, han desafiado la línea de la Casa Blanca, exigiendo la publicación completa de los documentos del FBI, que se estiman en decenas de miles de páginas.

Las víctimas, por su parte, continúan reclamando justicia y transparencia.

El caso es presentado como un símbolo de la impunidad estructural, donde el poder económico y político permite la existencia de redes criminales. La muerte de Epstein en prisión en 2019, oficialmente un suicidio, sigue rodeada de sospechas de encubrimiento, lo que alimenta las teorías de que figuras poderosas estuvieron involucradas y protegidas.