Esta posición marca un cambio significativo respecto a políticas anteriores de Trump, consideradas más favorables a Israel.

La declaración se produjo después de que el parlamento israelí avanzara en propuestas para extender la soberanía sobre la Cisjordania ocupada.

Al mismo tiempo, EE.

UU. ha intensificado sus esfuerzos diplomáticos para estabilizar la frágil tregua en Gaza.

El vicepresidente J.D. Vance y el secretario Rubio visitaron Israel para reafirmar el compromiso estadounidense con el plan de paz. En este contexto, Trump lanzó una contundente advertencia a Hamás, afirmando que el grupo palestino tiene una “pequeña oportunidad” para respetar el acuerdo, pero que será “erradicado” si no lo hace. Trump aseguró que, aunque las fuerzas estadounidenses no participarían directamente, países aliados en la región están listos para intervenir militarmente.