El secretario de Defensa, Pete Hegseth, ha comparado a los carteles de la droga con organizaciones como Al Qaeda e ISIS, declarando: “Los trataremos como tratamos a Al Qaeda, como al ISIS.

Te encontraremos.

Mapearemos tus redes.

Te cazaremos y te mataremos”.

La respuesta de los países de la región ha sido de condena. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, calificó los ataques como “ejecuciones extrajudiciales” y una violación al derecho internacional, mientras que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó que su gobierno “no está de acuerdo” con estas acciones unilaterales en aguas internacionales.

Ambos gobiernos, junto a congresistas demócratas en EE.

UU. y la ONG Human Rights Watch, han cuestionado la falta de pruebas presentadas por Washington para vincular a las embarcaciones destruidas con el narcotráfico. La controversia se agudizó con el anuncio de Trump de que la siguiente fase de la operación podría ser terrestre, lo que fue interpretado como una amenaza de invasión por parte de Petro.