Esta revelación, junto con un creciente despliegue militar estadounidense en el Caribe, ha sido denunciada por Caracas como un "acto de agresión" y una violación del derecho internacional. El presidente Trump admitió haber autorizado a la CIA para realizar operaciones encubiertas en Venezuela con el objetivo de "restaurar la democracia".

Además, declaró que está considerando llevar a cabo ataques terrestres contra el narcotráfico en dicho país.

En respuesta, el gobierno de Nicolás Maduro acusó a Washington de planear un golpe de Estado e intentar desestabilizar su gobierno para apropiarse de las reservas de petróleo.

Venezuela ha calificado las acciones como una "gravísima violación del derecho internacional" y ha llevado sus denuncias ante la ONU.

La tensión se ve agravada por un fuerte despliegue militar estadounidense en el Caribe, que incluye buques de guerra y el sobrevuelo de bombarderos B-52 cerca de la costa venezolana. En medio de esta escalada, Trump afirmó que Maduro "ha ofrecido de todo" para evitar una confrontación, sugiriendo que el líder venezolano está dispuesto a negociar recursos naturales. La situación ha generado preocupación en la comunidad internacional, con expertos de la ONU y el gobierno de China pidiendo respeto a la soberanía venezolana y advirtiendo sobre el riesgo para la paz regional.