Según la Cancillería colombiana, ambas partes acordaron sostener nuevas conversaciones para encontrar una "pronta solución".

Durante el diálogo, el presidente Petro ratificó el compromiso de su gobierno con la sustitución de cultivos ilícitos y defendió los resultados de su política antidrogas, presentando cifras que, según él, demuestran una desaceleración en el crecimiento de los cultivos de coca y un aumento histórico en las incautaciones. Petro también cuestionó las mediciones de producción de hoja de coca utilizadas por EE.

UU., afirmando que contenían errores reconocidos por la ONU. Respecto a la amenaza de nuevos aranceles, el diplomático estadounidense aclaró que esa es una decisión que "le corresponde exclusivamente al presidente Trump". Como resultado inmediato del encuentro, se confirmó que el embajador García-Peña, quien había sido llamado a consultas, regresaría a sus funciones en Washington para continuar con el diálogo diplomático.