Las nuevas directrices, descritas por Hegseth como de “sentido común”, han sido criticadas por los periodistas por ser arbitrarias y por limitar su capacidad para informar.

Una de las reglas más controvertidas prohíbe a los reporteros solicitar información directamente a los oficiales militares.

Los medios argumentan que aceptar estas condiciones sería “aceptar no ser un periodista”.

En un acto de unidad, la Asociación de Prensa del Pentágono, que representa a 101 periodistas de 56 medios, instruyó a sus miembros a no firmar el documento, lo que podría resultar en la revocación de más de 100 acreditaciones. El presidente Trump respaldó las nuevas reglas, afirmando que su secretario de Guerra considera que los periodistas “son muy disruptivos en términos de la paz mundial” y que “la prensa es muy deshonesta”. Este enfrentamiento se suma a una serie de tensiones entre la administración Trump y los medios, que incluyen demandas por difamación y una reducción sistemática del acceso a la información oficial.