Esta medida ha generado alarma en Washington y Bruselas, con la Unión Europea buscando una alianza con Estados Unidos para coordinar una respuesta común.

En un esfuerzo por desescalar el conflicto, el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, y el viceprimer ministro chino, He Lifeng, mantuvieron una llamada “franca y constructiva” y acordaron celebrar una nueva ronda de diálogo “lo antes posible”.

Sin embargo, la retórica se mantiene elevada, con Bessent llamando “desquiciado” a un viceministro de comercio chino.