Una ola de censura en el sistema educativo de Estados Unidos ha llevado a la prohibición o restricción de miles de libros en bibliotecas escolares, incluyendo obras icónicas del nobel colombiano Gabriel García Márquez. Esta tendencia, impulsada por leyes estatales y grupos conservadores, ha encendido las alarmas sobre la libertad de expresión y el acceso a la literatura universal en el país. Según un informe de la organización PEN America, durante el periodo escolar 2024-2025 se registraron casi 7.000 casos de libros vetados en 23 estados, afectando a cerca de 4.000 títulos únicos. Entre las obras retiradas o puestas bajo revisión se encuentran "Cien años de soledad", "El amor en los tiempos del cólera" y "Crónica de una muerte anunciada" de Gabriel García Márquez. Las prohibiciones se han implementado en distritos escolares de estados como Florida, Texas, Carolina del Norte y Virginia, bajo el argumento de que contienen escenas de violencia, sexualidad o relaciones consideradas "inapropiadas para menores". Florida lidera la lista de censura con más de 2.300 títulos prohibidos.
La medida responde a una nueva normativa estatal que permite a padres y juntas escolares cuestionar y prohibir libros.
Críticos y organizaciones de defensa de la libertad de lectura advierten que la decisión representa un retroceso cultural y educativo. Para la comunidad hispanoamericana, la exclusión de una voz clave de la literatura latinoamericana del currículo escolar también representa una pérdida simbólica que podría afectar la visibilidad de su cultura e identidad.
Además de García Márquez, otros autores afectados incluyen a Stephen King, el más censurado del país, Isabel Allende y Ray Bradbury.
En resumenImpulsada por nuevas leyes estatales y la presión de grupos conservadores, una creciente ola de censura en las escuelas de Estados Unidos ha resultado en la prohibición de miles de libros, incluyendo clásicos de la literatura mundial como las obras de Gabriel García Márquez. Los defensores de la medida alegan proteger a los menores, pero críticos denuncian un ataque a la libertad de expresión y un retroceso cultural que limita el pensamiento crítico de los estudiantes.