Esta amenaza parece haber funcionado como una palanca de negociación, llevando a ambas partes a la mesa.

Aunque no se ha fijado una fecha concreta para el encuentro en Budapest, se espera que los jefes diplomáticos de ambos países, incluyendo al secretario de Estado Marco Rubio y al canciller ruso Sergei Lavrov, mantengan reuniones preparatorias. Putin, por su parte, advirtió que el suministro de misiles Tomahawk a Ucrania podría "infligir daños significativos" a las relaciones bilaterales y complicar el proceso de paz, lo que subraya la delicadeza de las negociaciones que se llevarán a cabo en la capital húngara.