El respaldo económico se formalizó durante la visita de Milei a la Casa Blanca e incluye un “swap” (intercambio de divisas) y la compra directa de pesos argentinos por parte de la Reserva Federal de Nueva York para estabilizar la moneda local.
Esta medida, calificada como inusual, se presenta como un “salvavidas político y económico” para el gobierno libertario, que enfrenta turbulencias económicas y una débil representación en el Congreso.
La condicionalidad del apoyo fue directa.
Trump declaró: “Si gana un socialista, nos sentiremos diferentes sobre si hacemos la inversión o no...”. Y añadió: “Si pierde, no vamos a ser tan generosos con Argentina”.
Este respaldo electoral explícito busca fortalecer a Milei de cara a los comicios del 26 de octubre, que son cruciales para el futuro de su gobierno. El interés de Washington va más allá de la afinidad ideológica; es una jugada geopolítica. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, afirmó que “Milei está comprometido a sacar a China de Argentina”, lo que es clave para la estrategia de EE.
UU. en la región.
Argentina posee recursos estratégicos como litio, uranio y tierras raras, y Washington busca diversificar su suministro para reducir la dependencia de China.
El acuerdo también ha generado suspicacias, ya que algunos analistas señalan que podría beneficiar a fondos de cobertura con grandes inversiones en deuda argentina.












