En su visita a Jerusalén en el marco del acuerdo de paz para Gaza, Trump interrumpió su discurso ante la Knéset para dirigirse al presidente israelí, Isaac Herzog, y proponerle el indulto. “¿Por qué no le concede un indulto a Netanyahu?”, preguntó Trump, minimizando las acusaciones en su contra.

Netanyahu enfrenta tres causas judiciales por fraude, soborno y abuso de confianza.

Trump trivializó los cargos, bromeando: “¿A quién le importan unos cigarrillos y champán?” y refiriéndose a los regalos que Netanyahu habría recibido. El mandatario estadounidense calificó a Netanyahu como “un buen hombre” y “uno de los mejores líderes en tiempos de guerra”, admitiendo que su petición no estaba en el guion pero que le parecía “lógica y justa”.

Esta solicitud se alinea con declaraciones previas del propio presidente Herzog, quien a finales de septiembre había manifestado su disposición a “considerar” un eventual indulto si se le solicitaba formalmente.

La intervención de Trump fue rechazada por el presidente colombiano Gustavo Petro, quien en un mensaje en redes sociales declaró que “la justicia no es un club de condenados nazis”, defendiendo la independencia judicial. El gesto de Trump se enmarca en su discurso de celebración del “amanecer histórico” para Oriente Medio tras el acuerdo de Gaza.