La concesión del Premio Nobel de la Paz 2025 a la líder opositora venezolana María Corina Machado generó una fuerte reacción de la Casa Blanca, que aspiraba al galardón para el presidente Donald Trump. La administración estadounidense acusó al Comité Nobel de tener un sesgo político, mientras Trump afirmó que Machado le había dedicado el premio. El director de comunicaciones de la Casa Blanca, Steven Cheung, declaró que la decisión del comité “deja claro que antepone sus inclinaciones políticas a la búsqueda genuina de la paz”, argumentando que el reconocimiento debió recaer en Trump por su mediación en el reciente acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás. El propio presidente, quien ha expresado su deseo de ganar el premio desde que Barack Obama lo recibió en 2009, aseguró haber mantenido una conversación “muy agradable” con Machado.
Según Trump, ella le dijo: “Estoy aceptando esto en tu honor porque realmente te lo merecías”.
Aunque el mandatario lo mencionó entre risas, la declaración se alinea con un mensaje publicado por Machado en la red social X, donde dedicó el premio “al sufrido pueblo de Venezuela y al presidente Trump por su decidido apoyo a nuestra causa!”. En medio de la controversia, Trump aprovechó para reiterar su narrativa de pacificador global, afirmando haber puesto fin a ocho guerras durante su mandato. “Estoy feliz porque salvé millones de vidas, muchos millones de vidas”, declaró.
Este episodio subraya la tensión entre los logros diplomáticos concretos, como el acuerdo en Gaza, y el reconocimiento internacional a figuras simbólicas de la lucha por los derechos humanos.
En resumenLa elección de María Corina Machado como Nobel de la Paz desató una controversia con la Casa Blanca, que criticó al comité por su supuesta parcialidad política al no premiar a Donald Trump tras su mediación en Gaza. Trump, por su parte, afirmó que Machado le dedicó el premio, utilizando el evento para reforzar su imagen como pacificador global.