La administración Trump ha implementado cambios significativos en el proceso de solicitud de visas, endureciendo los requisitos y aumentando drásticamente los costos. Estas medidas, que incluyen nuevas tasas y restricciones geográficas para la solicitud, están generando mayores tiempos de espera y serias dificultades para los viajeros internacionales. Un cambio fundamental es la nueva directriz que exige que las solicitudes de visas de no inmigrante se realicen exclusivamente en la embajada o consulado del país de residencia del solicitante. Esto elimina la práctica común de buscar citas en terceros países para evitar las largas demoras, que en muchos países de América Latina ya superan el año. Además, se ha establecido una nueva “tasa de integridad del visado” de 250 dólares, lo que elevará el costo total de una visa de turista a 435 dólares.
Para los trabajadores altamente calificados, el cambio es aún más drástico, ya que la tarifa para las visas H-1B se ha incrementado a 100.000 dólares.
Estas políticas restrictivas están teniendo un impacto directo en sectores clave de la economía estadounidense, como el turismo, y complican la planificación de viajes de negocios, estudios y turismo.
En resumenLa administración Trump está reformando el sistema de visas de EE. UU. con reglas más estrictas y tarifas sustancialmente más altas. Estas medidas están haciendo que el ingreso legal al país sea más difícil y costoso, lo que resulta en tiempos de espera prolongados y afecta negativamente los viajes internacionales y los negocios.