La medida más reciente es un arancel del 25% sobre camiones medianos y pesados importados, lo que ha generado una fuerte preocupación en las cadenas de suministro de Norteamérica. El nuevo arancel, que entrará en vigor el 1 de noviembre, fue justificado por Trump por razones de “seguridad nacional” para proteger a los fabricantes estadounidenses. Esta decisión impacta de manera significativa a México, que es el principal proveedor de este tipo de vehículos a Estados Unidos, con exportaciones anuales de aproximadamente 340.000 unidades. El gobierno mexicano argumenta que el 50% del contenido de estos camiones es de origen estadounidense, por lo que deberían estar exentos bajo el acuerdo comercial T-MEC. Esta medida se suma a las tensiones comerciales ya existentes con Canadá por los aranceles al acero y el aluminio, tema que fue discutido en una reciente reunión entre Trump y el primer ministro Mark Carney. Asimismo, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, mantuvo una conversación telefónica con Trump para solicitar la eliminación de aranceles punitivos sobre productos brasileños.