El presidente Trump no solo confirmó los ataques, sino que sugirió que las operaciones podrían extenderse a tierra, afirmando que “ya no quedan embarcaciones” y que “ahora tendremos que empezar a buscar por tierra”.

En respuesta, Venezuela ha activado el “Plan Independencia 200” y ha denunciado el despliegue de ocho buques de guerra y un submarino nuclear estadounidense como una “amenaza” para forzar un “cambio de régimen”.

Organizaciones no gubernamentales han calificado los ataques de “ejecuciones extrajudiciales”.

Para dar un marco legal a estas acciones, Trump notificó al Congreso que EE.

UU. se encuentra en un “conflicto armado no internacional” con los cárteles, lo que le permitiría actuar bajo las leyes de la guerra.