Pritzker.

El gobernador demócrata acusó a los republicanos de “sembrar el caos” y de querer “crear la zona de guerra para poder enviar aún más tropas”. En Portland, Oregón, una jueza federal bloqueó temporalmente un despliegue similar, argumentando que “la determinación del presidente simplemente no se ajusta a los hechos” y que Estados Unidos es “una nación de derecho constitucional, no de ley marcial”. A pesar del revés judicial, Trump desafió la orden enviando tropas de la Guardia Nacional de California a Oregón. El mandatario también afirmó estar dispuesto a invocar la Ley de Insurrección, una norma excepcional que permite el uso de fuerzas armadas dentro del país para restablecer el orden. “Tenemos una ley de insurrección por una razón.

Si tuviera que aplicarla, lo haría”, declaró Trump, justificando su uso en un escenario extremo donde “la gente estuviera siendo asesinada”.