Ni el Super Bowl ni ningún otro lugar".
La controversia se alimenta de la percepción en círculos conservadores de que Bad Bunny "no representa los valores estadounidenses". El creador de contenido Benny Johnson lo calificó como un "enemigo acérrimo de Trump" y un "activista en contra de ICE", criticando a la NFL por su elección. La polémica se ve agravada por las propias declaraciones del artista, quien reveló haber limitado sus conciertos en Estados Unidos por temor a que se realizaran redadas de ICE en sus presentaciones. La decisión de desplegar agentes federales en uno de los eventos culturales y deportivos más importantes del país ha convertido el espectáculo de medio tiempo en un nuevo frente de las tensiones culturales y políticas sobre identidad, migración y patriotismo en Estados Unidos.












